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¿Vivir con o sin dolor? Parte 2

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vivir con o sin dolor parte 2

Retomando artículos anteriores de SI (Salud Integrativa) en donde nos orientamos hacia la compleja temática del dolor tanto desde un enfoque psicológico como orgánico, es que propongo adentrarnos en síndromes poco comunes con un período de diagnóstico más amplio debido a la complejidad que conllevan.

Hemos trabajado en diferentes artículos la función e importancia del dolor pero no nos hemos cuestionado sobre el exceso de sensibilidad al dolor o la carencia de sentirlo.

Síndrome de Sensibilidad Central (SSC): ¿Dolor excesivo,demasiado sensible al dolor?

En el artículo ¿Vivir con o sin dolor? Parte 1 vimos el CIPA , una condición que hace que la persona no sienta dolor, en esta ocasión nos toca trabajar casi de la vereda opuesta, vivir con mayor sensibilidad al dolor que la mayoría de las personas. El Síndrome de Sensibilidad Central (SSC) en palabras muy simples y resumidas significa que el dolor que se siente en el cuerpo se intensifica como consecuencia de la sensibilización central.

En palabras técnicas el SSC se define como un es un estado fisiopatológico que engloba distintos procesos con características comunes, con causa desconocida, pero con una fisiopatología común (se encuentran alterados el sistema endócrino, el inmunológico, el nervioso) y esto se debe a la hiperexcitabilidad de las neuronas, por tanto el cuerpo se encuentra hipersensibilizado a estímulos que puede ser nocivos y a otro que no.

Esta condición va en aumento, personas que consultaban a diferentes especialistas desconcertados por tantos síntomas, tantas enfermedades vivían con angustia, ansiedad  e incertidumbre las posibles causas. El tiempo pasaba y no había respuesta sino diferentes tratamientos, limitantes diarias, dolor orgánico y emocional. Esto no es algo que solo el paciente siente sino que es algo que llega a afectar su vida en general, por el simple hecho de que este desconcierto también es compartido por sus seres queridos.

Durante años se desconoció el origen común de los síntomas pero felizmente estos últimos 30 años ha reflejado un aumento de personas con este diagnóstico a nivel mundial y digo felizmente porque el tener una respuesta y conocimiento ante la incertidumbre y el sufrimiento es no solo una respuesta, significa que tiene un nombre y que no estás solo, hay más personas como tú.

Durante mucho tiempo cuadros complejos como fibromialgia (FM), síndrome de intestino irritable (SII), síndrome de fatiga crónica (SDC), trastornos mentales también y fueron diagnósticos  independientes entre sí, más allá de la complejidad que sabemos que cada uno conlleva. Hoy sabemos con certeza que todos tienen una conexión común y que existen aún más síntomas.

A veces la ciencia se toma su tiempo pero en este artículo, juntos vamos a encontrar respuesta a muchas preguntas.

La fisiopatología es desconocida pero se sabe que en su mayoría afecta a mujeres y el mecanismo común encontrado es la sensibilidad central.

Fisiopatología del SSC:

No solamente está afectado el sistema nervioso central (SNC) y el sistema inmunológico sino también el sistema endocrino.

Al no existir una correcta comunicación entre ellos ( las neuronas del sistema nervioso de los pacientes con este síndrome se hiperexcitan ) se desarrolla una hipersensibilidad que provoca la sensibilización central a los distintos estímulos periféricos como por ejemplo: olor ruidos, alimentos, productos químicos (entre otros) y además presentan hipersensibilidad inmunológica a distintos antígenos alimentarios, o químicos, y por lo tanto al producirse una desregulación entre estos sistemas, provoca la alteración en el sistema endocrino.

Los motivos no se conocen bien pero la simple exposición a un agente tóxico primario que puede ser químico, biológico, un implante de cirugía, radiación, entre otros, provoca en el organismo la iniciación de un proceso de hipersensibilidad y de mala tolerancia hacia estos compuestos. A esto se le suma un tercer proceso en el cual participa un desencadenante: productos de limpieza, polen, antígenos alimentarios como gluten o caseína, maquillaje, pinturas, la exposición a una radiación, entre otras. Como consecuencia nuestro sistema inmune reacciona de forma “exagerada”.

Sintomatología del SSC:

En el año 1984, el Doctor Muhammad B. Yunus comienza a hablar de un concepto único: Síndrome de sensibilidad central (SSC). Este engloba distintos trastornos debido a que los mecanismos de producción son los mismos y por lo tanto esta persona no padece diferentes patologías sino que posee un desencadenante común con sintomatología diferente en las distintas zonas del organismo.

En 1984 los síntomas en algunos casos se podían agrupar en FM, SII, SFC, el Síndrome de dolor miofacial pero en otros casos el dolor no era un síntoma primario como en el caso del Síndrome de pernas inquietas o  Síndrome EPT (estrés post-traumático). En aquel entonces los síntomas podían relacionarse según el esquema siguiente.

  • La sintomatología de esta enfermedad puede resumirse en:
  • –  Fatiga y/o cansancio que no se resuelve.
  • –  Dolor que no parece estar relacionado con ningún daño específico.
  • –  Dolor de cabeza.
  • –  Odinofagia o dolor al tragar.
  • –  Dolor en el tórax o palpitaciones.
  • –  Adenopatías cervicales o axilares dolorosas.
  • –  Dolor en el tórax o palpitaciones.
  • –  Debilidad muscular.
  • –  Problemas e concentración y otras alteraciones cognitiva.
  • –  Infecciones de repetición.
  • –  Alteraciones gastrointestinales sin causa concreta.
  • –  Dolor/calambres en el abdomen.
  • –  Diarreas.
  • –  Estreñimiento.
  • –  Distención o hinchazón abdominal.
  • –  Nauseas y/o vómitos.
  • –  Nerviosismo, ansiedad y tristeza.
  • –  Picores, urticarias y piel seca.
  • –  Pérdida de cabello, uñas.
  • –  Palma de manos o plantas de pies amarillas.
  • –  Detección de zumbidos o ruidos.
  • –  Hipersensibilidad a muchas sustancias sin que existan alergias.
  • –  Sueño y cansancio.
  • –  Hormigueo en las extremidades.
  • –  Ojos y boca secos.
  • –  Fiebre o febrícula.
  • –  Temperatura bajas en las extremidades.
  • –  Sensación de ahogo.
  • –  Dolor en la vejiga o zona pélvica.
  • –  Micciones frecuentes y/o dolorosas.
  • –  Dismenorrea.
  • –  Insomnio.
  • –  Dolor mandibular.
  •  – Necesidad de ayuda en actividades diarias.

  • Sintomatología menos común, hipersensibilidad a:
  • – El sol o la luz
  • – Los ruidos
  • – Alimentos
  • – Alcohol
  • – Exposición a pólenes, polvos, moho, pelo de animales
  • – Fármacos y/o vacunas
  • – Productos químicos (productos de limpieza, maquillajes, perfumes.
  • – Teléfonos móviles, dispositivos electrónicos, antenas wifi. 
Tratamiento:

Después de leer la fisiopatología y la sintomatología del SSC nos resta preguntar si este cuadro tan complejo tiene tratamiento ya que queda claro el hecho de que en la actualidad no hay una cura.

Al igual que el CIPA se debe trabajar en los síntomas y por ellos diferentes profesionales de la salud deben trabajar en conjunto con el paciente, aún más importante es la implicancia de la persona al tener plena conciencia de esta sintomatología. Al poder entender lo que nuestro cuerpo no manifiesta por medio de síntomas orgánicos y psicológicos es que podemos trabajar en prevención, un ejemplo de ello es conocer los factores que inciden en nuestro estrés (ya que puede ser uno de nuestros mayores aliados o enemigos), una alimentación saludable para la persona, el tener un buen descanso, realizar actividad física, tratamiento psicológico y tener una vida en contacto con la naturaleza (que descontamina de estrés tanto nuestra psiquis como nuestro cuerpo).

Cotidianamente convivimos con dolores orgánicos y emocionales que nos confunden, aturden, limitan, aíslan y paralizan pero gracias al dolor protegemos la vida. Cada uno de nosotros quizás nos preguntemos ¿por qué tengo esta enfermedad?, ¿por qué a mí?, ¿cómo voy a seguir adelante?

Sin caer en romanticismos creo que cada uno es perfecto a su manera, que la enfermedad y el dolor son un camino de aprendizaje  y cura constante que busca un lugar para ser escuchado por nosotros mismos.

Este artículo es para mí especial, luego de leer todo lo escrito entiendo la gran complejidad que el SSC tiene, pero no es menos complejo que nuestro organismo o el entendimiento de la conducta. No obstante este síndrome continúa teniendo un período de diagnóstico promedio de 10 a 16 años, de hecho este fue el tiempo en que conviví con muchos de estos síntomas sin poder encontrar una respuesta hasta el año 2020. El SSC nos enseña a veces que el ser sensible tiene sus fortalezas como el autoconocimiento, el autocuidado y el autorespeto, la necesidad imperiosa de escuchar a nuestros síntomas orgánicos y nuestras emociones, a entender que la autoexigencia no es el mejor camino sino el ser amable  y agradecidos con nosotros mismos y la vida que construimos.

  • Psicóloga. Neurorehabilitación y Neuropsicología Clínica

    Psicóloga y Docente. Psicóloga clínica especializada en diferentes corrientes como Psicodrama, Sistémica, Psicoanálisis, Cognitivo Conductual con Diplomatura en Neurorehabilitación y Maestría en Neuropsicología Clínica. Combina esta actividad con Humanización en personal de salud y la Psicología del Cambio Climático y conductas adaptativas, prevención y sus consecuencias en nuestro comportamiento.

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