Salud Integrativa (SI) estuvo presente en el evento realizado por Fundacionciudades y tuve la oportunidad de charlar brevemente con Mathis Wackernagel (co-creador del concepto de “huella ecológica”).
SI es un equipo interdisciplinario de salud conformado por psicólogos y médicos que desde una mirada integral se enfoca en la búsqueda de un diagnóstico y tratamiento para disminuir tiempos de espera que generan en la persona sufrimiento físico y psíquico. Este concepto integrativo de salud mental y orgánica no puede concebirse sino es integrado en un contexto, en un medio ambiente.
Comprometidas con la importancia de las consecuencias del cambio climático no solamente con los seres humanos sino con el resto de los seres vivos, es que nos encontramos introduciendo este nuevo concepto de “salud integradora ambiental” pero también trabajando en prevención y en educación ambiental porque somos parte de un todo.
La responsabilidad y la implicancia juegan un rol fundamental en este concepto de salud y también en el concepto de huella ecológica (es un indicador que mide el impacto ambiental de la sociedad, representa la demanda de recursos naturales en relación con la capacidad del planeta para regenerarlos). Este concepto permite que sea posible evaluar y comparar el impacto de una actividad con la capacidad del medio ambiente para asimilar los desechos generados.
Los seres humanos tenemos la capacidad de crear y de destruir, somos una especie agresiva que se ha “adueñado” de especies, de espacios y los ha convertido en recursos, no es hasta ahora que se habla de capacidad excedida. Utilizamos hoy el 70% más de los recursos que el planeta puede proporcionar. Esto nos puede llevar a una mirada fatalista o a una implicada, empática, constructiva, colaborativa y creativa que busca soluciones ante esta realidad.
La pregunta a Wackernagel fue ¿cree que el cambio climático afecta la salud orgánica y mental de los seres humanos?
El experto en sostenibilidad destaca la importancia de la salud mental y la importancia de usar todas las capacidades que los seres humanos tenemos para ocuparnos de esta realidad hoy (porque estamos viviendo a contratiempo). Sentimos angustia, ansiedad ecológica, que es muy prevalente entre los jóvenes y este sentimiento de incapacidad surge cuando hablamos de esta realidad desde el peso y no desde el contexto, entonces debemos encontrar una respuesta a este contexto en el cual vivimos. Algunos responden participando porque tenemos la capacidad de cooperar y esto se ve también en otros campos en donde existe una visión común.
Afirma que lo que interfiere en la implicancia es que aún no vemos la importancia de vivir dentro de los límites ecológicos como algo realmente querido, deseado, lo importante es lograr que nos atraiga esta forma de acción y para ello necesitamos tres condiciones psicológicas para poder producir esta idea de motivación tan necesaria. Debemos primero promover el deseo, el que realmente queramos ser parte, segundo crear ese sentimiento de agenciamiento en donde podemos hacer y tercero la curiosidad porque a veces no sabemos cómo llegar y nos desmotivamos con el “no puedo”, debemos verlo como una oportunidad, con motivación interna que viene de la autodeterminación. A veces esta no sobrevive ante las discusiones ecológicas que nos llevan a pensar que no vamos a poder hacer nada ante esta realidad porque en ocasiones nos sentimos culpables o sentimos que es una batalla perdida.
La respuesta permitió ver que estamos en el camino correcto cuando afirmamos que existe una conexión más profunda de la que creemos y nos afecta porque no podemos concebirnos a parte de la naturaleza porque somos parte y dependemos de ella.
El dolor, la incomodidad, los problemas no son más que posibilidades, oportunidades de cambio y los seres humanos podemos hacerlo.
Ante diferentes trastornos de la naturaleza: déficit de vitamina N, Solastalgia, depresión estacional, ecoansiedad la respuesta suele ser implicarnos pero desde el deseo.
Actuar para cambiar esta realidad en nuestro ambiente es ocuparnos también de nuestra salud mental y orgánica, es entender que los errores del pasado nos llevan a un presente de posibilidades y a un futuro de incertidumbre, en donde corresponde preguntarnos qué huella humana queremos dejar en este planeta.
Muchas gracias a Mathis Wackernagel y a Ambienta.

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