El concepto de “envejecimiento activo” es fundamental, a raíz de la investigación bibliográfica he visualizado la historia y la complejidad de un término que parece simple, por ello creo pertinente ahondar en su evolución. Este término es un concepto que ha tenido que evolucionar y se encuentra como base de las políticas públicas de España, mientras que en Uruguay el término comienza lentamente a conocerse.
La Facultad de Enfermería integró en su programa educativo este concepto debido a la importancia que reviste, progresivamente vemos que existe una gran disposición al cambio.
Creo que es apreciando las “pequeñas grandes” aperturas que se logrará no solo el integrar el concepto en las currículas educativas de los diferentes profesionales de la salud, sino que a partir de esta integración será más fácil la integración del concepto a la sociedad, posibilitando así un cambio cultural.
En relación al concepto de envejecimiento activo y de éxito o saludable ha habido diferentes modelos teóricos desarrollados tanto en Europa y en América en el siglo XX a partir del modelo original de Rowe y Kahn (1987,1997).

Existe un hilo conductor entre los conceptos, algunos pertenecen a modelos descriptivos (describen los indicadores de envejecimiento saludable y activo) y a modelos procesuales (describen el proceso que lleva al envejecimiento activo y de éxito, indicando los predictores y mediadores), también existen modelos de tradición europea, que hablan del envejecimiento activo y saludable ( de los que deriva el modelo de la OMS, encontrando su principal referencia en los estudios de Fernández-Ballesteros) y los modelos que derivan de la tradición estadounidense que hablan acerca del envejecimiento con éxito (encontrando como primeras referencias a Having-hust en 1961 y el modelo de Rowe y Kahan en 1998).
En cada modelo se trata de superar las limitaciones de los anteriores, ya sea desde enfoques holísticos en donde se busca superar la rigidez de límites conceptuales y describir modelos universales e inclusivos que permitan a cualquier persona envejecer con dignidad.
Como todo cambio necesita tiempo y es por medio de la educación, socializando este concepto que lograremos hacerlo nuestro, adaptándolo a nuestra realidad, intentando mejorarla.
En Uruguay envejecer de forma activa es posible pero para ello debemos volvernos multiplicadores de acción, una basada en prevención. Sabemos que nuestro sistema sanitario atiende síntomas pero debemos ir a las causa porque en ella está la posibilidad de prevenir y mejorar.
Sabemos que hay factores que inciden de forma negativa y sabemos que hay factores protectores, es menester ocuparnos de que envejecer activamente en Uruguay no es una posibilidad o una opción sino un derecho y eso se logrará por medio de políticas públicas y compromiso ciudadano para evitar la polarización de una población que merece todo nuestro respeto y ayuda.
Son ellos nuestro pasado, la posibilidad de nuestro presente y el sueño de un futuro mejor.
Extracto de Tesis ″ Alzheimer y vejez, una mirada desde la prevención de los factores de riesgo″, Lic. Nora Cassamagnaghi. Maestría en Neuropsicología Clínica (Universidad de León, España) ,2020.
Deja una respuesta